MICRO CHIP PARA PERROS Y GATOS Y SU IMPORTANCIA
¿Qué es el microchip?
El famoso microchip es un sistema electrónico de
identificación de animales. Éste está formado por dos partes: una es el
microchip en sí y la otra es la cápsula por la que está cubierto. Esta cápsula
es de un vidrio suave y biocompatible (no provoca alergias) y es tan pequeña
como un grano de arroz.
El proceso de implantación del chip lo tiene que llevar a
cabo un veterinario. El veterinario introduce la cápsula en el cuerpo del
animal, a la altura de la nuca, mediante un inyector (similar a un trocar) que,
por medio de un émbolo, la empuja una vez atravesada la piel. Cada chip
almacena un código de números único, vendría a ser como el DNI del animal.
El microchip se coloca una sola vez en la vida de la mascota
y permanece en su cuerpo para siempre. La información relativa al perro o gato
queda registrada en la base de datos del Censo Canino que tiene cada Comunidad
Autónoma, en el que se almacena la información relativa a cada chip (el nombre
del dueño, su dirección y uno o dos teléfonos de contacto).
Para poner el chip se aconseja esperar a que el animal tenga
un mes y medio o dos meses. Después de esa edad, se puede implantar en
cualquier momento.
Es importante que los datos proporcionados al veterinario
sean exactos, ya que esta información es la que se quedará registrada en la
base de datos y la que se utilizará en caso de pérdida del animal.
Si se produjera un cambio de propietario o de domicilio, nos
tendremos que poner en contacto con nuestro veterinario, que nos hará firmar
los impresos correspondientes para que el cambio figure en la base de datos. A
efectos legales, el propietario del animal es el que figura en esta base de
datos y, por lo tanto, es también el responsable de cualquier daño que pueda
causar el animal.
Del mismo modo, cuando el animal fallezca, también tenemos
que comunicarlo mediante un documento firmado por nuestro veterinario.
En España, la Comunidad de Madrid fue la primera en obligar
a identificar a perros y gatos con el microchip. Poco a poco, otras comunidades
autónomas han adoptado las mismas medidas y parece que el control de mascotas
es mayor, pero ni de lejos el deseado.
¿Para qué sirve el microchip?
Implantar el chip a nuestras mascotas puede ser beneficioso
por varias razones:
A efectos de la ley podemos corroborar sin ningún tipo de
problema que somos el titular de nuestra mascota. Es imposible falsear los
datos del microchip.
En caso de pérdida del animal, tanto veterinarios como
protectoras y autoridades (SEPRONA), mediante un lector, pueden acceder a
nuestros datos.
La identificación por chip ayuda a evitar el abandono, ya
que la ley castiga con sanciones bastante elevadas a las personas que abandonan
o maltratan a un animal. De esta manera, se puede probar quién es el
propietario y responsable legal de un animal maltratado o abandonado.
¿Qué hacer en caso de pérdida o robo de mi mascota?
Lo más rápido para identificar un animal perdido y que sea
devuelto de inmediato a su dueño es colocarle una chapa en el collar con el
número de teléfono, aunque no es lo más seguro. La chapa se puede caer o, si
han robado al perro, también se la pueden haber Collar perdidosacado, dejando
así al animal sin identificar. Por lo tanto, la opción del microchip es la más
fiable.
Si nuestra mascota se ha perdido o ha sido robada, es importante
que lo notifiquemos de inmediato:
A la Policía Local.
Al SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza de la
Guardia Civil).
Al Ayuntamiento.
A la REIAC (Red Española de Identificación de Animales de
Compañía).
Al centro en el que adoptamos el animal (en el caso de que
fuera adoptado).
En nuestro escrito tenemos que indicar el número del chip y
el nombre del animal, nuestros datos personales y, si lo sabemos, la fecha y el
lugar donde se perdió o nos robaron a nuestra mascota.
Asimismo, si una persona encuentra un animal perdido, debe
dirigirse a cualquier veterinario, que leerá gratuitamente la identificación
del animal e intentará localizar al propietario.
¿Qué dice la ley?
En España, la ley obliga a identificar a los animales de
compañía, incluso a los gatos que no salen de casa. En algunas comunidades se
identifica al animal mediante el tatuaje o el chip, pero cada vez son más las
que obligan a implantar el sistema electrónico.
Si tenemos un perro o un gato es obligatorio censarlo en el
Ayuntamiento presentando:
Una copia de la cartilla veterinaria o el pasaporte del
animal.
Una copia de nuestro DNI.
Una copia del documento de alta en el Archivo de
Identificación de Animales de Compañía.
También tendremos que cumplimentar el impreso del censo y
pagar las tasas establecidas.
En caso de defunción, debemos darlo de baja en el censo.
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