Desde que el lobo se domesticó
hace unos 12.000 años, la galería de genotipos caninos ha aumentado y variado
de manera sorprendente. La selección genética de perros ha creado rasgos
superlativos, desde calvos hasta peludos, chatos, gigantes o minis. Pero, por
desgracia, esta selección no siempre es tan cuidada y respetuosa como debiera.
, critican algunos excesos
cometidos en ocasiones, fruto de la mala práctica de algunos. "En
ocasiones, se cometen excesos, como el de consanguinidad entre los perros de
raza, que acentúan la tendencia a padecer determinadas enfermedades, como las respiratorias,
en el caso del bulldog inglés", afirma.
La selección genética canina
tiene como objetivo crear perros para todos los gustos, tanto en lo relativo a
su físico, como en lo referente a su carácter. Pero los genotipos llevan
inscritas ciertas predisposiciones a padecer determinadas patologías, como las
que se detallan a continuación:
Patologías genéticas
caninas de tipo respiratorio
Una de las razas caninas que más
probabilidad tiene de desarrollar problemas respiratorios es el bulldog
inglés. Este perro se caracteriza por ser muy chato y tener una cara ancha
y corta, braquicéfalo, así como una tráquea pequeña. Estas peculiaridades
físicas convierten a estos perros en candidatos para respirar con dificultad,
lo que se transforma en: ronquidos, jadeos, tos o dificultad para
tragar o comer.
Las razas pequeñas, como el chihuahua,
también "son más propensas a padecer problemas respiratorios, como la
estenosis traqueal, que se produce cuando la tráquea es demasiado
estrecha", explica Imanol Sagarzazu, veterinario.
Enfermedades
cancerígenas en ciertas razas caninas
El pedigrí canino aglutina
genotipos puros que han sido objeto de estudios para determinar la agrupación
de cada raza según su tendencia a padecer determinadas enfermedades. De esta
forma, los científicos han llevado a cabo estudios genéticos extrapolables a
las personas y al desarrollo de enfermedades como el cáncer.
Es el caso del trabajo de un equipo de investigadores estadounidenses,
que ha estudiado los genes de 85 razas caninas para identificar similitudes con
enfermedades congénitas humanas. En esta investigación se ha determinado que los
perros de la raza pointer pueden tener más riesgo de desarrollar linfomas,
cáncer en ganglios linfáticos.
Patologías cardíacas
congénitas caninas
El corazón es un órgano vital
que también puede verse afectado en determinadas razas caninas, como en el caso
del bóxer, golden retriever, pastor alemán, gran danés, doberman, san Bernardo
o cocker spaniel.
"La alteración cardiaca
congénita más frecuente en perros es la cardiomiopatía dilatada, que provoca
que el corazón se agrande y no se contraiga de manera adecuada, lo
que dificulta la circulación sanguínea", explica Juan Antonio Aguado,
veterinario y profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad
Complutense de Madrid. Los síntomas de esta enfermedad congénita canina son:
dificultad respiratoria pérdida de
apetito o intolerancia al ejercicio.
Problemas
dermatológicos fruto de la selección racial canina
El cruce genético entre perros
ha creado razas de aspecto sorprendente, como la ausencia total de pelo,
excepto en la cabeza, en el caso del perro crestado chino, o los grandes
pliegues cubiertos de un pelo de textura rugosa, como en los sharpei. Pero estas peculiaridades físicas tan
acentuadas pueden acarrear ciertas patologías asociadas, como la olapacia o la
seborrea (cocker spaniel o basset hound).
Enfermedades
articulares y óseas en razas de perros grandes
El gran tamaño de ciertas razas
caninas, como el mastín, el gran danés o el irish wolfhound, la
raza de perro más alta del mundo, predispone en ocasiones a estos canes
gigantes a padecer patologías como la displasia, malformación ósea en la
cadera o el codo, o la artrosis.
La selección genética adecuada
para evitar el cruce entre parejas con esta enfermedad, así como asegurar el
crecimiento lento de los cachorros de estas razas gigantes y evitar el
ejercicio físico brusco durante su etapa de desarrollo, son las claves para
minimizar estas patologías óseas y articulares congénitas.
Bocas delicadas en
razas caninas pequeñas
Las patologías orales son en
ocasiones más frecuentes en los perros de razas pequeñas, que
pueden carecer de espacio suficiente en la mandíbula para que sus dientes
crezcan, por lo que se produce el apiñamiento de las piezas dentales.
El sarro y la piorrea, enfermedad de las encías, son las
causas habituales de la caída de diente o el mal aliento , en las razas caninas de pequeño tamaño.
Patologías digestivas
raciales en los canes
La peligrosa torsión de estómago, las intolerancias
alimentarias o las inflamaciones intestinales son más habituales en
determinadas razas caninas, como en el caso del setter irlandés, el
bulldog francés o el bóxer.
Otras patologías digestivas
congénitas en razas caninas son el paladar hendido o labio leporino, "que
provoca una comunicación inadecuada entre la cavidad oral (boca) y la nasal
(nariz), lo que impide que los cachorros de razas como el pequinés, el bulldog
francés e inglés, shih tzu, cocker o el boston terrier se puedan amamantar con
normalidad y esto les cause a veces su muerte al poco tiempo de nacer",
comenta Aguado.
La excesiva dilatación del
esófago (megaesófago) es otra dolencia digestiva congénita que afecta a razas
como bouvier de flandes, fox terrier de pelo duro, pastor alemán, setter
irlándes o schnauzer miniatura. Los perros que la padecen regurgitan alimento
sin digerir y se muestran apáticos.
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